“El papel femenino a lo largo de la historia de la humanidad”

El papel femenino a lo largo de la historia de la humanidad... no siempre recordado, inusualmente nombrado y no por ello inexistente

domingo, 18 de agosto de 2013

SIETE ROMPECUENTOS PARA SIETE NOCHES

A nuestros hijos e hijas,
por quienes nos adentramos en este mundo de 
los cuentos, buscando para ellos y ellas relatos 
que les muestren un mundo igualitario y justo.





DESCARGA: http://www.berdintasuna.ehu.es/p234-content/es/contenidos/informacion/igualdad_textos_divulgativos/es_textos/adjuntos/171_cuentos_madres_padres.pdf

"Coeducación aplicada a los cuentos tiene el objetivo de mostrar nuevos modelos de hombres y de mujeres, construyendo historias en torno a valores como la igualdad, la justicia o la paz que sirvan de referencia a niñas y niños, apoyando su desarrollo.

¿PARA QUIÉN ES ESTA GUÍA?
Esta guía está dirigida principalmente a madres y padres. No obstante, su contenido también puede ser utilizado por aquellas personas que tienen a su cargo el
cuidado de niñas y niños, tanto en el ámbito familiar como fuera de él.
En las descripciones posteriores, la guía hace referencia al papá y a la mamá, a los hijos y a las hijas, como si de una familia clásica se tratara. A pesar de ello, la guía no se limita únicamente a este modelo, sino que puede ser utilizada por cualquier tipo de familia como madre o padre, educadora o educador, esté donde esté y conviva con quien conviva. "

sábado, 17 de agosto de 2013

MUNDO AL REVÉS

Cuando hablamos de tomar auténtica conciencia de género, se hace imprescindible la aplicación de una cualidad que tod@s poseemos, aunque por su falta de gestión, no siempre practicamos. Estamos hablando de la empatía, de "ponerse en el lugar del otr@".... pero no siempre se puede llevar a cabo, especialmente si hay una imposibilidad de pasar por esas situaciones de manera real.
¿Probamos?
MUJERES Y HOMBRES
GAYS Y HETEROS

martes, 13 de agosto de 2013

LA NIÑA QUE EXIGIÓ IR A LA ESCUELA (Kakenya Ntaiya)


Hay un grupo de personas en Kenia. Las personas cruzan océanos para verlos. Son personas altas. Saltan alto. Usan prendas rojas. Y matan leones. Se preguntarán, ¿quiénes son estas personas? Son los masái. ¿Y saben qué es lo genial? Yo soy una de ellos.

En la tribu masái, los niños son criados para ser guerreros. Las niñas, para ser madres. Cuando tenía 5 años, me enteré de que estaba comprometida para casarme en cuanto llegara a la pubertad. Mi madre, mi abuela, mis tías, me recordaban constantemente que mi marido acababa de pasar. (Risas) Genial, ¿no? Y todo lo que debía hacer desde ese momento era prepararme para ser la mujer perfecta a la edad de 12 años. Mi día comenzaba a las 5 de la mañana, ordeñando las vacas, barriendo la casa, cocinando para mis hermanos, recolectando agua y leña. Hacía todo lo que necesitaba hacer para convertirme en la esposa perfecta.

Fui a la escuela, no porque las niñas o mujeres masái fueran a la escuela. Fue porque a mi madre se le negó la educación, y ella constantemente nos recordaba a mis hermanos y a mí que ella no quería que viviéramos la vida que ella llevaba. ¿Por qué decía esto? Mi padre trabajaba como policía en la ciudad. Volvía a casa una vez al año. A veces no lo veíamos durante casi dos años. Y cuando volvía a casa, siempre era un caso diferente. Mi madre trabajaba mucho en la granja cultivando la cosecha para que pudiéramos comer. Ella criaba las vacas y las cabras para poder cuidarnos. Pero cuando mi padre volvía, vendía las vacas, y los productos que teníamos, y se iba a beber con sus amigos a los bares. Como mi madre era mujer, no se le permitía ser dueña de ninguna propiedad, y por defecto, todo en mi familia pertenecía a mi padre, así que tenía ese derecho. Y si mi madre lo cuestionaba, él la golpeaba, abusaba de ella y realmente era difícil.

Cuando fui a la escuela, tuve un sueño. Quería convertirme en maestra. Los maestros se veían bien. Siempre usaban lindos vestidos, zapatos con tacón. Después me enteré que son incómodos, pero los admiraba. Pero sobre todo, los maestros solo escribían en la pizarra; no es un trabajo difícil, eso pensé, comparado con lo que yo hacía en la granja. Así que quería convertirme en maestra.

Y trabajé duro en la escuela, pero al llegar a octavo grado, fue un factor determinante. En nuestra tradición, hay una ceremonia que las niñas deben pasar para convertirse en mujeres es un ritual de iniciación a la feminidad. Y entonces, a penas estaba terminando el octavo grado, y esa era mi etapa de transición a la preparatoria. Esta fue la encrucijada. Una vez que pasara por este ritual, me iba a convertir en esposa. Y, mi sueño de convertirme en maestra, no se realizaría. Entonces hablé, tenía que idear un plan para poder resolver estas cuestiones. Hablé con mi padre. Hice algo que la mayoría de las niñas no habían hecho nunca. Le dije a mi padre, "Voy a pasar por esta ceremonia solo si me dejas volver a la escuela". La razón fue porque, si yo huía, mi padre quedaría estigmatizado, y lo llamarían el padre de la niña que no quiso atravesar la ceremonia. Hubiese sido algo muy vergonzoso de llevar el resto de su vida. Entonces lo resolvió. "Bien", dijo, "está bien, vas a poder ir a la escuela después de la ceremonia".

Y lo hice. La ceremonia ocurrió. Es una larga semana de emoción. Es una ceremonia. Las personas la disfrutan. Y el día anterior a la ceremonia, estábamos bailando, divirtiéndonos, y esa noche no dormimos. Llegó el día, y salimos de la casa de donde habíamos bailado. Sí, bailamos y bailamos. Salimos al jardín, y había muchas personas esperando. Formaban un círculo. Y a medida que bailábamos y bailábamos, y nos acercábamos a este círculo de mujeres, había hombres, mujeres, niños, todo el mundo está allí. Había una mujer sentada en el medio, y esta mujer, estaba esperando para sujetarnos. Yo era la primera. Estaban mis hermanas y un par de niñas más, y mientras me acercaba a ella, ella me miró, y me senté. Y me senté, y abrí mis piernas. Mientras abría mis piernas, vino otra mujer, y esta mujer traía un cuchillo. Y con el cuchillo en la mano, caminó hacia mí sostuvo el clítoris, y lo cortó.

Como pueden imaginarse, yo sangraba y sangraba. Luego de sangrar un rato, me desmayé. Es algo que a muchas niñas... Tuve suerte de no morir, muchas mueren. Se practica, sin anestesia, con un cuchillo viejo y oxidado, y fue difícil. Tuve suerte porque, además, mi mamá hizo algo que la mayoría de las mujeres no hace. Tres días después, luego de que todos se fueran, mi mamá trajo una enfermera. Nos cuidaron. Tres semanas después, sané, y ya estaba de nuevo en la preparatoria. Estaba tan decidida a convertirme en maestra en ese momento para poder marcar una diferencia en mi familia.

Bien, mientras estaba en preparatoria, ocurrió algo. Conocí a un joven de nuestra aldea que había asistido a la Universidad de Oregón. El hombre vestía una camiseta blanca, jeans, una cámara zapatillas blancas, y estoy hablando de zapatillas blancas. Hay algo en la ropa, creo, y en los zapatos. Eran zapatillas, y esta es un aldea que ni siquiera tiene caminos pavimentados. Era muy atractivo.

Le dije, "Bien, quiero ir donde tú estás", porque este muchacho se veía muy feliz, y yo admiraba eso.

Y él me dijo, "Bueno, ¿qué quieres decir con que quieres ir? ¿Acaso no tienes un esposo esperándote?"

Y le dije, "No te preocupes por esa parte. Solo dime cómo llegar allí".

Este caballero me ayudó. Mientras estaba en la preparatoria, mi padre estaba enfermo. Le dio un ACV, y estaba muy, muy enfermo, así que no podía decirme qué hacer. El problema es que mi padre, no es el único padre que tengo. Todos los hombres en la comunidad, de la edad de mi padre, son mi padre por defecto, mis tíos, todos ellos, y ellos dictan mi futuro.

Así que llegó la noticia, envié una solicitud y me aceptaron en la Randolph-Macon Woman's College, en Lynchburg, Virginia, y no podía venir sin el respaldo de la aldea, porque necesitaba reunir el dinero para comprar el pasaje de avión. Me dieron una beca, pero necesitaba llegar hasta aquí. Pero necesitaba el respaldo de la aldea, y aquí, nuevamente, cuando los hombres se enteraron y las personas se enteraron de que una mujer tenía la oportunidad de ir a la universidad, todos dijeron, "Qué perdida de oportunidad. Esto se lo tendrían que haber dado a un muchacho. No podemos hacer esto",

Así que regresé, y tuve que volver a nuestras tradiciones. Hay una creencia, en nuestro pueblo que dice que la mañana trae buenas noticias. Así que tuve que inventar algo que tuviese que ver con la mañana, porque hay buenas noticias en la mañana. Y en la aldea, además, hay un jefe, un anciano, que si accede, todos deben seguirlo. Así que fui a verlo, en la mañana, mientras salía el sol. Lo primero que él vio cuando abrió la puerta, fue a mí.

"Mi niña, ¿qué estás haciendo aquí?"

"Bueno, Papá, necesito ayuda. ¿Puedes ayudarme para ir a Estados Unidos?" Le prometí que sería la mejor niña, que regresaría, y que cualquier cosa que ellos quisieran después, yo la haría por ellos.

Él me dijo, "Bueno, pero no puedo hacerlo solo". Me dio una lista de otros 15 hombres, 16 hombres más, y cada mañana yo los visitaba. Todos ellos se reunieron. La aldea, las mujeres, los hombres, todos se reunieron para respaldarme para que viniese a obtener mi educación.

Llegué a Estados Unidos. Y como imaginan, ¿qué fue lo que encontré? ¡Encontré nieve! Encontré Wal-Marts, aspiradoras, y mucha comida en la cafetería. Estaba en la tierra de la abundancia.

Lo disfruté, pero durante el tiempo que estuve aquí, descubrí muchas cosas. Descubrí que la ceremonia que atravesé cuando tenía 13 años se llama mutilación genital femenina. Aprendí que es anticonstitucional en Kenia. Aprendí que no debía cambiar ninguna parte de mi cuerpo para obtener una educación. Tenía un derecho. Y mientras hablamos ahora, hay 3 millones de niñas en África, corriendo el riesgo de pasar por esta mutilación. Aprendí que mi mamá tiene derecho a la propiedad. Aprendí que no debía ser abusada solo por ser mujer. Estas cosas me enfurecieron. Quería hacer algo. Cuando volvía, cada vez que volvía, veía que las hijas de mis vecinos se estaban casando. Las estaban mutilando, y aquí, luego de graduarme, trabajé en la ONU, volví a la universidad para obtener mi licenciatura, y tenía presente el llanto constante de estas niñas. Debía hacer algo.

Cuando volvía, comencé hablando con los hombres de la aldea, y las madres, y les dije, "Les quiero devolver, como les prometí que volvería para ayudarlos. ¿Qué necesitan?"

Y hablando con las mujeres, me dijeron, "¿Sabes que necesitamos? Realmente necesitamos una escuela para las niñas". Porque nunca había habido una escuela para niñas. Y la razón por la cual querían una escuela para ellas es porque cuando violaban a una niña mientras iba a la escuela, culpaban a la madre por ello. Si quedaba embarazada antes del matrimonio, también culpan a la madre, y la castigan por ello. La golpean. Me dijeron "Queremos poner a nuestras niñas en un lugar a salvo".

Mientras nos mudábamos, y fui a hablar con los padres, se imaginarán por supuesto, lo que me dijeron ellos: "Queremos una escuela para niños".

Y les dije, "Bien, hay un par de hombres de mi aldea que han salido, y han obtenido una educación. ¿Por qué no pueden ellos construir una escuela para niños, y yo construyo una para niñas? Esto tuvo sentido. Y estuvieron de acuerdo. Y les dije, que quería que me mostraran una señal de su compromiso. Y lo hicieron. Donaron el terreno donde construimos la escuela para las niñas. Lo hicimos.

Quiero que conozcan a una de las niñas en esa escuela. Angeline presentó una solicitud, y ella no cumplía con ninguno de los requisitos que teníamos. Ella es huérfana. Sí, podríamos haberla aceptado por eso. Pero ella ya era mayor. Tenía 12 años, y nosotros estábamos tomando niñas que estaban en cuarto grado. Angeline había estado mudándose de un lugar a... porque siendo huérfana, no tiene madre, ni padre, así que iba de la casa de una abuela a la otra, de tía en tía. No tenía estabilidad en su vida. Y la observé, recuerdo ese día, y vi algo mucho más allá de lo que veía en Angeline. Y sí, ella ya era mayor para estar en cuarto grado. Le dimos la oportunidad de venir a clases. Cinco meses después, esta es Angeline. Había comenzado una transformación en su vida. Angeline quiere ser piloto, para poder volar alrededor del mundo y marcar una diferencia. No era nuestra mejor alumna cuando la aceptamos. Ahora es la mejor alumna, no solo en nuestra escuela, sino de toda la división en la que estamos. Ella es Sharon. Ahí está cinco años después. Esta es Evelyn. Cinco meses después, esta es la diferencia que estamos haciendo.

Mientras comienza un nuevo día en mi escuela, sucede el comienzo de algo nuevo. En este momento, 125 niñas jamás serán mutiladas. Ciento veinticinco niñas, no serán casadas a la edad de 12 años. Ciento veinticinco niñas están creando y alcanzando sus sueños. Esto es lo que estamos haciendo, dándoles oportunidades, donde pueden crecer. En este momento, hay mujeres a quienes no están golpeando gracias a la revolución que comenzamos en nuestra comunidad.

Quiero desafiarlos hoy. Me están oyendo, porque están aquí, siendo muy optimistas. Son personas que son muy apasionadas. Son personas que quieren ver un mundo mejor. Son personas que quieren ver que la guerra llegue a su fin, sin pobreza. Son personas que quieren marcar una diferencia. Son personas que quieren construir un futuro mejor. Quiero desafiarlos a que sean esa primera persona, porque los demás los seguirán. Sean los primeros. Las personas los seguirán. Sean valientes. Háganse valer. Sean intrépidos. Estén seguros. Muévanse, porque mientras cambien el mundo, mientras cambien su comunidad, creemos que estamos impactando a una niña, una familia, una aldea, un país a la vez. Estamos haciendo una diferencia, así que si cambian el mundo, van a cambiar su comunidad, van a cambiar su país, y piénsenlo. Si Uds. lo hacen, y yo lo hago, ¿acaso no estaremos creando un mejor futuro para nuestros hijos, para sus hijos, para sus nietos? Y viviremos en un mundo muy pacífico. Muchísimas gracias.

domingo, 11 de agosto de 2013

INEQUIDAD DE GÉNERO EN SALUD

Alfonso Aguilar
FUENTE: http://www.excelsior.com.mx/
La equidad de género en salud significa lal ausencia de disparidades innecesarias, evitables e injustas entre mujeres y hombres.

ARTÍCULO DE  Alfonso Aguilar.


Contrario a la opinión popular, género no significa “la mujer” o “feminismo”; se refiere a las relaciones desiguales de poder entre las mujeres y los hombres y el impacto que esta desigualdad ejerce sobre la vida de las personas. La equidad es distinta al concepto de igualdad. No significa una distribución de recursos sino una distribución diferencial de acuerdo con las necesidades particulares de cada sexo. Plantear o analizar la equidad de género en salud, implica erradicar las disparidades injustas en los niveles de bienestar físico, sicológico y social que están presentes en los diferentes grupos poblacionales. Estas disparidades definidas como inequidades resultan de la diferencia de sexo, nivel socio-económico, etnicidad, edad y región geográfica. La equidad de género en salud significa la ausencia de disparidades innecesarias evitables e injustas entre mujeres y hombres. Significa que las mujeres y los hombres tienen la misma oportunidad de gozar de las condiciones de vida y servicios que les permitan estar en buena salud, sin enfermar, discapacitarse o morir por causas que son injustas y evitables. Las perspectivas de género en salud conllevan vincular la distribución del poder y el trabajo entre las mujeres y los hombres en sus perfiles epidemiológicos. Con esto podemos explicar cómo y por qué difieren los perfiles de salud de los hombres y las mujeres.
Os comento que las iniquidades de género en salud están concentradas en tres tipos de desajuste, a saber:
1.- Entre los riesgos de salud y las oportunidades para gozar la salud (estados y determinantes de salud). En parte, debido a su función reproductiva, las mujeres enfrentan un conjunto diferenciado de riesgos de salud por el que no transitan los hombres. El menor acceso a la nutrición, la educación, el empleo y los ingresos significa que las mujeres poseen menos oportunidad de gozar una buena salud.
2.- Entre las necesidades de salud y acceso a los recursos. También y en gran parte debido a su función reproductiva, las mujeres tienen diferentes necesidades de salud que los hombres. No obstante tienen menos oportunidad de acceder a los recursos materiales que les permitan obtener los servicios necesarios.
3.- Entre las responsabilidades y poder en el trabajo en el área de la salud. Las mujeres constituyen la mayoría de los trabajadores de salud con y sin remuneración. No obstante, al estar concentradas en niveles inferiores de la fuerza laboral de salud, tienen menor capacidad de influenciar en la política de salud y la toma de decisiones.
Os recuerdo y aclaro que la equidad de género no significa tasas iguales de morbilidad o mortalidad para ambos sexos, sino asegurar que las mujeres y los hombres tengan una misma oportunidad para gozar de una buena salud. En general, las mujeres tienen una esperanza de vida más larga que los hombres. La diferencia es no sólo de la longitud de vida sino también de la probabilidad de supervivencia. Las niñas tienen mayor posibilidad de vivir en el útero, durante la niñez, durante la adolescencia y la edad adulta. Entre grupos menos privilegiados, sin embargo, la brecha entre la expectativa de vida masculina y femenina disminuye y aun desaparece.
La salud significa mucho más que la expectativa de vida; se debe mirar la calidad de vida masculina y femenina y sus modalidades de comportamiento. Aun cuando las mujeres pueden vivir más tiempo, tienden a ser más afectadas por las enfermedades a largo plazo; esto es por las de tipo crónico, que afectan significativamente la calidad de sus vidas.
TRES APOSTILLAS. El tema de las iniquidades de género en salud es muy amplio, tiene muchas facetas y muchos retos que resolver para que esas iniquidades disminuyan. En días pasados en la Academia Nacional de Medicina tuvo lugar el Simposio “Mujer y Salud”, en el que participó la doctora Mercedes Juan. Aseguró que las iniquidades de género en salud han disminuido pero que aún presentan muchos desafíos. Enfatizó que la mortalidad materna se ha reducido desde 1990 (aun cuando no a los niveles deseados y esperados) y se pretende seguir con esta línea, por lo que se reforzará la calidad y oportunidad de la atención obstétrica.
En el tema de adicción y violencia, la secretaria de Salud indicó que la mujer está menos expuesta a este tipo de situaciones en comparación con el hombre, sin embargo, es en la violencia doméstica donde es mayor la problemática para las mujeres. SALUD Y SALUDOS.

viernes, 9 de agosto de 2013

CORRESPONDENCIA ENTRE FRIDA KAHLO Y LEO ELOESSER: MI QUERIDO DOCTORCITO


El afecto y la confianza entre FridaKahlo y el doctor Eloesser quedaron plasmados en su correspondencia y, con esos mismos sentimientos, Juan Pascoe decidió que el hogar de las cartas fuera la tierra natal de la madre de Frida: oaxaca y la sede, el Museo de Filatelia de Oaxaca, un sitio idóneo 
para conservar y difundir las letras elocuentes que viajaron a través de sobres con estampillas postales, en los que, a decir de Frida, iba también todo su cariño.

María isabel Grañén porrúa
fundAción Alfredo hArP

miércoles, 7 de agosto de 2013

LENGUAJE INCLUSIVO NO SEXISTA: "nombra.en.red"

"nombra.en.red es una invitación a pensar y a escribir en femenino y en masculino cuando utilizamos el ordenador. Se trata de una invitación abierta en muchos sentidos. Por una parte, se dirige a las mujeres y hombres que saben que no da lo mismo usar exclusivamente el masculino, diciendo que representa también lo femenino, y que quieren cambiar este uso del lenguaje, tan arraigado como negativo para las mujeres. Por otra parte, se dirige también a quienes no se habían planteado antes que esta manera de hablar y de escribir se puede y se debe cambiar para nombrar adecuadamente a mujeres y hombres en la sociedad actual. 
También es una invitación abierta para quienes quieran aportar nuevas sugerencias, teniendo en cuenta que la lengua materna no es propiedad exclusiva de nadie: ni de la academia, ni de la universidad, ya que pertenece a cada hablante.
La lengua existe porque se va encarnando en las mujeres y hombres de cada tiempo y lugar. Por esto las lenguas son sexuadas, con capacidad y recursos suficientes para nombrar la realidad tal como es, sexuada, masculina y femenina. El mundo es uno, pero los sexos, que lo habitamos y ponemos en palabras nuestras experiencias, diferentes a partir de cuerpos diferentes, somos dos: mujeres y hombres. Todo ello sin que ser mujer u hombre deba determinar ningún contenido específico ni comportamientos preasignados, porque la diferencia sexual masculina y femenina la puede interpretar cada cual libremente cuando no se le impone socialmente una identidad a la que deba adherirse; cada una y cada uno podemos dar contenido a esa diferencia primera que es la diferencia sexual, inscrita desde que nace en cada criatura humana."


lunes, 5 de agosto de 2013

LAS 13 ROSAS

Las Trece Rosas es el nombre colectivo que se le dio a un grupo de trece muchachas, la mitad de ellas, miembros de las JSU Juventudes Socialistas Unificadas, fusiladas por el régimen franquista en Madrid, el 5 de agosto de 1939, poco después de finalizar la Guerra Civil Española. Sus edades estaban comprendidas entre los 18 y los 29 años. Las Trece Rosas fueron Carmen Barrero AguadoMartina Barroso GarcíaBlanca Brisac VázquezPilar Bueno IbáñezJulia Conesa ConesaAdelina García CasillasElena Gil OlayaVirtudes González GarcíaAna López GallegoJoaquina López LaffiteDionisia Manzanero Salas y Luisa Rodríguez de la Fuente. En realidad las mujeres fusiladas fueron catorce, porque a las anteriores debe sumarse Antonia Torres, cuyo fusilamiento se ejecutó el 19 de febrero de 1940.


Carmen Barrero Aguado (20 años, modista). Trabajaba desde los 12 años, tras la muerte de su padre, para ayudar a mantener a su familia, que contaba con 8 hermanos más, 4 menores que ella. Militante del PCE, tras la guerra, fue la responsable femenina del partido en Madrid. Fue detenida el 16 de mayo de 1939.
Martina Barroso García (24 años, modista). Al acabar la guerra empezó a participar en la organización de las JSU de Chamartín. Iba al abandonado frente de la Ciudad Universitaria a buscar armas y municiones (lo que estaba prohibido). Se conservan algunas de las cartas originales que escribió a su novio y a su familia desde la prisión.
Blanca Brisac Vázquez (29 años, pianista). La mayor de las trece. Tenía un hijo. No tenía ninguna militancia política. Era católica y votante de derechas. Fue detenida por relacionarse con un músico perteneciente al Partido Comunista. Escribió una carta a su hijo la madrugada del 5 de agosto de 1939, que le fue entregada por su familia (todos de derechas) 16 años después. La carta aún se conserva.
Pilar Bueno Ibáñez (27 años, modista). Al iniciarse la guerra se afilió al PCE y trabajó como voluntaria en las casas-cuna (donde se recogía a huérfanos y a hijos de milicianos que iban al frente). Fue nombrada secretaria de organización del radio Norte. Al acabar la guerra se encargó de la reorganización del PCE en ocho sectores de Madrid. Fue detenida el 16 de mayo de 1939.
Julia Conesa Conesa (19 años, modista). Nacida en Oviedo. Vivía en Madrid con su madre y sus dos hermanas. Se afilió a las JSU por las instalaciones deportivas que presentaban a finales de 1937 donde se ocupó de la monitorización de estas. Pronto se empleó como cobradora de tranvías, ya que su familia necesitaba dinero, y dejó el contacto con las JSU. Fue detenida en mayo de 1939 siendo denunciada por un compañero de su "novio". La detuvieron cosiendo en su casa.
Adelina García Casillas (19 años, activista). Militante de las JSU. Hija de un guardia civil. Le mandaron una carta a su casa afirmando que sólo querían hacerle un interrogatorio ordinario. Se presentó de manera voluntaria, pero no regresó a su casa. Ingresó en prisión el 18 de mayo de 1939.
Elena Gil Olaya (20 años, activista). Ingresó en las JSU en 1937. Al acabar la guerra comenzó a trabajar en el grupo de Chamartín.
Virtudes González García (18 años, modista). Amiga de María del Carmen Cuesta (15 años, perteneciente a las JSU y superviviente de la prisión de Ventas). En 1936 se afilió a las JSU, donde conoció a Vicente Ollero, que terminó siendo su novio. Fue detenida el 16 de mayo de 1939 denunciada por un compañero suyo bajo tortura.
Ana López Gallego (21 años, modista). Militante de las JSU. Fue secretaria del radio de Chamartín durante la Guerra. Su novio, que también era comunista, le propuso irse a Francia, pero ella decidió quedarse con sus tres hermanos menores en Madrid. Fue detenida el 16 de mayo, pero no fue llevada a la cárcel de Ventas hasta el 6 de junio. Se cuenta que no murió en la primera descarga y que preguntó "¿Es que a mí no me matan?".
Joaquina López Laffite (23 años, secretaria). En septiembre de 1936 se afilió a las JSU. Se le encomendó la secretaría femenina del Comité Provincial clandestino. Fue denunciada por Severino Rodríguez (número dos en las JSU). La detuvieron el 18 de abril de 1939 en su casa, junto a sus hermanos. La llevaron a un chalet. La acusaron de ser comunista, pero ignoraban el cargo que ostentaba. Joaquina reconoció su militancia durante la guerra, pero no la actual. No fue conducida a Ventas hasta el 3 de junio, a pesar de ser de las primeras detenidas.
Dionisia Manzanero Salas (20 años, modista). Se afilió al Partido Comunista en abril de 1938 después de que un obús matara a su hermana y a unos chicos que jugaban en un descampado. Al acabar la guerra fue el enlace entre los dirigentes comunistas en Madrid. Fue detenida el 16 de mayo de 1939.
Victoria Muñoz García (18 años, activista). Se afilió con 15 años a las JSU. Pertenecía al grupo de Chamartín. Era la hermana de Gregorio Muñoz, responsable militar del grupo del sector de Chamartin de la Rosa. Llegó a Ventas el 6 de junio de 1939.
Luisa Rodríguez de la Fuente (18 años, sastre). Entró en las JSU en 1937 sin ocupar ningún cargo. Le propusieron crear un grupo, pero no había convencido aun a nadie más que a su primo cuando la detuvieron. Reconoció su militancia durante la guerra, pero no la actual. En abril la trasladaron a Ventas, siendo la primera de las Trece Rosas en entrar en la prisión.

QUE MI NOMBRE NO SE BORRE DE LA HISTORIA